Estamos viviendo una época de cambios acelerados que requiere cada vez más que nuestros equipos sean flexibles y abiertos para incorporar lo diferente. Liderar de forma participativa es la clave para maximizar los resultados y alcanzar nuestros objetivos. La respuesta a un mundo complejo está en la inteligencia colectiva, construir valor en comunidad.
Un liderazgo colaborativo implica empatía, la descentralización y horizontalidad en la toma de decisiones y se basa en la confianza y en la autonomía de los integrantes del equipo de trabajo. Esto nos obliga a todos a convertirnos en una parte activa del cambio y del crecimiento de las empresas, liberando nuestro potencial y ganando confianza en nosotros mismos.
En un mundo cada vez más diverso, los líderes que pueden integrar las diferentes miradas y motivar desde el ejemplo son aquellos que pueden marcar una diferencia. La innovación aparece como eje del trabajo en equipo, el aprendizaje continuo es necesario para alcanzar todas nuestras metas.
En esta nueva forma de trabajo la comunicación cobra un rol fundamental, el feedback es constante, abierto y transparente y todos tenemos acceso a información valiosa para tomar las mejores decisiones. Construir relaciones basadas en la confianza aumenta nuestra productividad.