El “progreso” económico y social del último siglo ha producido una notable degradación medioambiental. De hecho, los países con mayor desarrollo industrial son los que más contaminan. Por eso, la protección del medio ambiente requiere de la acción comprometida y coordinada de todos los actores sociales. La sociedad civil, las instituciones gubernamentales, y, especialmente, las empresas.

En las últimas décadas, más compañías comenzaron a replantear su funcionamiento para volverlos más sostenibles. Un primer paso fundamental para todas ellas ha sido la identificación en la cadena de valor de “puntos críticos”, es decir, momentos donde la intervención tiene mayor potencial de mejorar los efectos ambientales de todo el sistema.

Son muchas las decisiones que pueden adoptar las empresas para colaborar con el cuidado del planeta, de distintos niveles de compromiso y necesidad de recursos cada una: desde investigar nuevas prácticas, posibilitar el reciclaje en el trabajo, organizar una semana de concientización, hasta invertir en infraestructura, optar por proveedores sostenibles, o implementar tecnología de calefacción y refrigeración energéticamente eficiente. En este último punto, la digitalización es una gran aliada, ya que permite regular las condiciones para que se realice un consumo responsable.

Con el objetivo de hacer de ICS una empresa más sostenible, el equipo de Jóvenes Talentos ha estado desarrollando distintos indicadores que darán cuenta de la magnitud de consumo de ciertos recursos y de generación de residuos. Esta información será muy valiosa para tomar conciencia de la situación actual, así como también para diseñar soluciones que tiendan a su disminución.

Las empresas tenemos el potencial de diseñar soluciones que inspiren estilos de vida más sostenibles, que reduzcan los efectos nocivos sobre el planeta y propicien el bienestar general. Y, aunque trazar un plan no es lo mismo que llevarlo a cabo, en ICS hemos comenzado a dar los primeros pasos.